De la segunda mano a las 'swap parties': estas son las nuevas formas (más sostenibles) de consumir moda (El Español)
Imagen de archivo de una mujer comprando en una tienda de segunda mano. iStock
Lo slow está de moda. Cada vez hay más personas que se unen a ese movimiento que dice que hay que tomarse la vida con calma, más despacio, de una manera mucho más zen, por decirlo de alguna manera. Y eso afecta a todos los aspectos de nuestro día a día: el trabajo, la familia, los amigos, el ocio… y también la forma de consumir.
Prestar atención a cómo y qué comemos, en concreto la procedencia de nuestros alimentos, es slow. Como también lo es apoyar al comercio de barrio, y tomarse el tiempo necesario para tejer redes con los tenderos de toda la vida —y los nuevos— es, asimismo, una manera de consumo lento.
Hoy, desde ENCLAVE ODS, ofrecemos varias alternativas al consumo de moda tradicional para todas aquellas personas que quieran vestir diferente puede hacerlo sin que repercuta en sus bolsillos.
Una 'swap party'
Esta misma semana, entre el 19 y 21 de septiembre, ENCLAVE ODS y Magas celebran en la calle Padilla, 19 de Madrid una swap party. Es decir, una fiesta de intercambio de ropa, donde podrá traer prendas que ya no use y llevarse otras nuevas para darle una vuelta a su armario.
Los únicos requisitos para participar son unirse a la comunidad de Magas, estar en Madrid —aproveche si tiene alguna visita— y aportar con un mínimo de 5 prendas. A estas se le otorgará una clasificación de 1, 3 o 5 puntos de manera individual, en función del estado y rango de la marca. Este será su crédito para el intercambio.
Eso sí, el requisito fundamental es que la ropa debe estar en buen estado, lavadas y planchadas. Además, serán revisadas previamente para determinar su utilidad, calidad y valor. ¿Se anima?
Tiendas de segunda mano
Humana, Flamingos, Friperie… las tiendas de ropa de segunda mano han crecido 'como setas' a lo largo y ancho de la geografía española. Y seguramente la ciudad o pueblo en el que vive —o alguna localidad cercana— tiene al menos una.
El consumo slow también puede venir de la mano de esos establecimientos dedicados a lo vintage, que no es más que una forma diferente de decir que se le da una nueva vida a la ropa. Hay tiendas de segunda mano para todos los gustos y tallas.
Además, son de lo más sostenibles, pues ayudan a que las prendas —en muchas ocasiones en perfecto estado— no acaben en vertederos —al menos, tan rápido como marcan los ritmos de la fast fashion—.
Plataformas digitales
Pero la ropa de segunda mano no solo se encuentra en formato físico. Cada vez son más las plataformas online en las que el consumidor puede adquirir productos reacondicionados o vintage, y la moda no podía quedarse fuera de este trend.
Webs y aplicaciones como Vinted, Percentil, Zalando, Klekt o Micolet, entre otras, ofrece prendas —en ocasiones de marca— a precio reducido… y todo porque alguien ya se las ha puesto alguna vez. Son una manera perfecta, además, de comprar esos sneakers o vaqueros deseados sin tener que desembolsar una pequeña fortuna.
'Slow' de barrio
Otra manera de apostar por la moda lenta es rebuscar en los estantes de esas tiendas de barrio, esas pequeñas boutiques, muchas de ellas sostenibles, de producción local, en las que se pagan precios justos por productos de calidad. Tiendas como Miss Cacahuete en Madrid, Puru Remangu en Gijón, Olokuti en Barcelona o Amarenak en Donostia serían ejemplos perfectos.
Eso sí, la mejor forma de descubrirlas es pateando la ciudad y abriendo mucho los ojos. Y es que estas pequeñas joyas de la moda pueden aparecer en cualquier lugar.
Ropa de alquiler
Black Label, Reflaunt, Gucci Vault o Valentino Vintage son algunas de las plataformas que algunas marcas de alta costura han lanzado en los últimos años. Su objetivo es común: alquilar ropa para que (casi) todos puedan vestirla en una ocasión especial.
Otras webs de rental de armario serían Ecodicta, Borow o Lend the Label. Todas ellas, plataformas en las que puede alquilar vestido o traje para y que, en ocasiones, dan incluso opción a compra.
Fuente: EL ESPAÑOL (Raquel Nogueira) - 17/9/2024
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