"Para ayudar a los países más pobres hay que impactar aquí" (Magazine (La Vanguardia))

JÓVENES EXTRAORDINARIOS

Jordi Fernández es mallorquín, pero sus estudios de dirección y administración de empresas en Esade lo catapultaron a Barcelona. Tres meses en México como profesor le hicieron darse cuenta de que “para ayudar allí se ha de impactar aquí”. Y su último año, cursado en París, le regaló una filosofía de vida: “Quería formar una empresa para trabajar con amigos, con la que pudiera compatibilizar la vida personal y profesional y tener dinero suficiente para vivir, al menos para pagar la hipoteca”.

Como de la idea al hecho hay un trecho, ejerció varios años como consultor empresarial, hasta que en el 2004 pudo montar Olokuti, un concepto de tienda solidaria donde la distribución de productos de comercio justo, biológicos y artesanos se combina con la venta de libros, música, películas y la organización de charlas, exposiciones, sesiones de cine y conferencias sobre países menos desarrollados.

“El problema del mundo es que la gente no se entiende, y la forma de mitigar este problema es conociendo al otro”, dice entusiasmado Jordi.

Detrás de Olokuti también están su mujer, una joven holandesa de origen chino con las ideas muy claras, y cuatro amigos más, de Mallorca, Francia, Cantabria y Cataluña. Entre todos han visto nacer ya dos locales, tienen mil proveedores y venden on line, también a empresas. Pretenden crecer, así que, de momento, viven de lo ahorrado. Pero “el sacrificio merece la pena, aunque sea por la oportunidad de trabajar rodeado de gente que me gusta, tener tiempo para mi hija y crear un proyecto solidario con potencial económico.

Al final, para mí lo más importante es que me lo paso bien”.


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