Ahorra energía en casa en confinamiento

30 abr. de 2020by Cris Montes

Que la pandemia ha alterado nuestros hábitos en numerosos sentidos no es ningún secreto, y que esos cambios afectan bastante al consumo de energía, tampoco. No podemos olvidar que la crisis climática sigue ahí afuera, así que, aunque ahora tengamos que quedarnos en casa, podemos seguir siendo sostenibles y llevar a cabo acciones que nos permitan ahorrar energía.
Aquí van cuatro consejos para mantener a raya el consumo energético en nuestro día a día.

Aprovecha la luz natural. El confinamiento ha coincidido con la llegada de la primavera y eso significa, entre otras cosas, que disponemos de una mayor cantidad de horas de luz. Así que, sube las persianas, corre las cortinas y aprovecha al máximo la luz natural. Intenta llevar a cabo durante el día todas aquellas tareas que no comporten encender las luces de casa. Apaga siempre la luz en las habitaciones en las que no haya nadie y utiliza bombillas LED de bajo consumo.

  

Buen aislamiento y temperatura correcta. Ventilar a diario es imprescindible ahora que pasamos todo el día en casa. Hazlo según la orientación de tu hogar para aprovechar las horas de calor y al revés. Cuando haga frío ventila en las horas centrales del día y en verano, mejor por la noche. 10 minutos diarios son suficientes. Asimismo, recuerda que una vivienda con un sistema de aislamiento correcto y ventanas que cierren bien permite ahorrar hasta un 30%.
Por cierto, olvídate de la calefacción si no hace frío de verdad. La temperatura ideal en casa está en torno a los 20º, cada grado de más, el gasto aumenta entre un 5% y un 10%.

Uso responsable del agua. Una de las recomendaciones más eficaces para evitar contagios es mantener unas correctas medidas de higiene, por ese motivo estamos utilizando –y debemos hacerlo– más agua en casa. Lavarse las manos frecuentemente es básico; esta acción debe durar entre 40 y 60 segundos, por eso, al hacerlo sé precavido: cierra el grifo mientras te frotas bien las manos para no desperdiciar agua. Hazlo también cuando te laves los dientes, afeites...
La ducha es uno de los elementos que más dispara el consumo doméstico. Por eso, mejor que sean cortas, y siempre más recomendables que los baños, además de ahorrar litros de agua, las emisiones de CO2 se reducen. También contribuyes a reducir las emisiones de CO2 al aprovechar el agua fría que sale antes de la ducha si llenas un cubo y la usas para regar las plantas.
Asimismo, la instalación de aireadores o reductores de caudal en los grifos te ayudará a gastar menos agua y energía.

 

Intenta, igualmente, no derrochar agua cuando laves los platos o al fregar el suelo. Si usas lavavajillas ponlo en marcha con la carga máxima, igual que la lavadora. Solo teniendo esto en cuenta puedes ahorrar hasta un 50% de agua al mes. Al lavar la ropa, además de carga completa, opta por ciclos cortos y agua fría o templada para ahorrar más. Eso sí, en el caso de convivir con una persona con coronavirus, debes lavar sus prendas a 60º. Evita usar la secadora, ahora que tenemos tiempo y es primavera secar la ropa al aire libre también contribuye al ahorro. Recuerda, además, comprobar que las tuberías y grifos de la casa no tienen pérdidas ni fugas.

Apaga los aparatos eléctricos. Ya sea por teletrabajo, clases online o por puro entretenimiento, probablemente no hayamos pasado tantas horas delante de una pantalla (televisión, ordenador, Smartphone…) en nuestra vida como en estos días. Si quieres ahorrar no dejes el ordenador en reposo, mejor apágalo. Haciendo eso podrás ahorrar hasta un 70%de energía. Olvídate del modo ‘standy’ y apaga todos los aparatos eléctricos cuando no estén en uso. Sustituye las pantallas normales por LCD, puedes economizar hasta un 37%. Haz cargas completas y en modo avión de la batería de tu móvil. Por cierto, aunque sea una obviedad, un menor uso de todos estos aparatos también es otro modo de ahorrar.

 

 

 

   

Mención aparte merecen los electrodomésticos de la cocina. Usándolos de manera eficiente evitaremos gastar más de la cuenta. El horno y la vitrocerámica son los que más consumen. Por eso, si es posible, sustituye el horno por el microondas, su consumo es un 60% menor. 
Cuando el horno esté en funcionamiento, no abras su puerta para revisar la comida, al hacerlo estás perdiendo hasta el 20% de energía, ya que se pierde temperatura y para recuperarla volverá a aumentar su consumo. Y, en el caso de que no sea necesaria una temperatura concreta de cocción, enciéndelo cuando  vayas a introducir los alimentos. También puedes apagarlo unos minutos antes de terminar la cocción y finalizar el proceso con el calor que desprende. 
Por su parte, apagar unos minutos antes de terminar la vitrocerámica también es recomendable: ese calor residual cocinará los alimentos y no derrocharemos energía. Un consejo más para ahorrar en la cocina, tapa siempre las ollas mientras cocinas: el agua se calentará más rápido y consumirás casi un 20% menos de gas.

 

Fotos: Freepik. Pixabay. Unsplash. 



 

 

 

 

 





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