Consume como piensas
El día 15 de marzo se celebra el Día Mundial de las Personas Consumidoras y Consumo Responsable. Una jornada pensada para sensibilizar sobre los derechos y necesidades de los consumidores. En la que además se nos recuerda que tenemos que actuar de forma responsable: fomentando el comercio justo y una economía solidaria, respetuosa con el medio ambiente y con las personas que producen los bienes que consumimos.
Que vivimos en una sociedad que favorece e incita al consumismo no es ningún secreto. Y que ese comportamiento consumista puede provocar situaciones de injusticia y desigualdad, tampoco. Frente a ese consumismo desenfrenado en el que compramos y tiramos sin miramientos, existe otra manera de consumir: responsable, ética, ecológica y social. Ésta implica, entre otras cosas, elegir productos no únicamente en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, fijándonos si las empresas que los elaboran respetan el medio ambiente y los derechos humanos.
Cada vez que consumes estás eligiendo cómo quieres transformar la sociedad económica, social y ambientalmente. El consumo responsable es, por tanto, una actitud personal que nos lleva a consumir conscientemente y a ser críticos con los productos que compramos y los bienes que consumimos.
¿Quieres saber cómo llevar a cabo un consumo responsable? Aquí van algunos consejos:
- Antes de comprar, reflexiona detenidamente si realmente se necesita comprarlo o si solo te estás guiando por el deseo y se trata de una compra impulsiva.
- Si te decides a comprar algo, averigua con qué materia prima se fabrica, cómo impacta en el medio ambiente su proceso de manufacturación y si genera algún daño o injusticia social.
- Considera qué impacto sobre el medio ambiente tiene el uso de eso que vas a adquirir.
- Piensa en los residuos y la basura que genera lo que vas a comprar.
- Si no es estrictamente necesario, intenta evitar los productos de “usar y tirar”.
- Rechaza las bolsas de plástico y lleva, siempre que puedas tus propias bolsas de tela, de papel o de cartón.
- Siempre que puedas compra el contenido y no el envase. De hecho a menudo se paga más por los envoltorios, que van directos a la basura cuando llegan a casa, que por lo que incluyen.
- Antes de comprar, recicla y reutiliza. A menudo muchas de las cosas que están para tirar pueden volver a utilizarse de otras maneras y formas. Nada como usar la imaginación.
- Intenta evitar las latas y los productos muy envasados. Las fiambreras y los tarros de cristal son una manera más ecológica que guardar los alimentos en plástico y aluminio.
- Decántate, si es posible, por productos con envases retornables o reutilizables.
Esta manera de consumir más responsable conlleva, además, beneficios. ¿Cuáles? Aquí van tres: ahorro económico; disfrutar de la biodiversidad porque se genera menos impacto sobre el medio ambiente; contribuye a construir entornos más equitativos y generar igualdad social al apostar por el comercio justo.
Ya sabes, otra manera de consumir es posible. Consume como piensas: el planeta y tu bolsillo te lo agradecerán.
Imágenes: Freepik. Unsplash. Pixabay
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