Electrodomésticos del hogar… los chupaenergéticos y tragafacturas

17 ag. de 2009by Equipo Olokuti

Cada vez que me llegan las facturas de la luz y del gas me echo a temblar pensando en la siguiente colleja a mano abierta que está a punto de caerme en la cuenta corriente… que ríete tú de las de Bud Spencer, vamos.

También siempre me aguijonea esa sospecha de que en realidad, y en el fondo, la colleja se la llevan nuestros recursos energéticos, cada vez más escasos y cada vez más caros.

Y mientras dura el picor de la factura, siempre pienso lo mismo: ¿Pero qué puedo hacer para que esto baje de alguna forma? ¿es que tengo que vivir bajo la luz de las velas, lavar la ropa a palos, mirar el cinexín en lugar de la tele, sazonar los alimentos para que aguanten sin nevera y pedirle al vecino que suba el volumen de la radio para escucharla yo también? ¿es eso?

Y después pensaba, pero es que tampoco debo ser tan zoquete aunque sin duda algo no estoy pillando a la primera. Así contrastando con más gente no creo que esté muy lejos de la media en cuanto a hábitos de consumo, digo yo… Y rebuscando me encuentro con estos datos: Que la calefacción y el agua caliente se llevan más o menos el 60% del consumo energético y que los electrodomésticos suponen el 20% del gasto total energético de un hogar. El frigorífico, el congelador, el lavavajillas, la lavadora y la cocina se llevan la mayor parte de éste… y que en total nos llegamos a gastar un promedio de ¡700 euros al año! Y que en España hay casi 15 millones de hogares ¡Oh cielos! Y que 15 millones multiplicado por 700€ es… definitivamente mucho.

El tema es ¿Qué se puede hacer realmente para reducir este consumo de energía tan costoso tanto para nuestros bolsillos como para el medioambiente?

Y tal como podía imaginar, e investigando un poquito, realmente hay unas cuantas acciones muy sencillas que podemos realizar de forma cotidiana que nos permitirán ir bajando poquito a poco el consumo y sus dolorosas facturas. Básicamente tres tipos de acciones:

1. Optimizar el consumo a través de electrodomésticos más eficientes energéticamente.

Lo de la eficiencia energética viene a querer decir que comparando dos aparatos similares (p. ej. una nevera) y obteniendo el mismo resultado (que los dos enfrían igual) uno de ellos lo hace utilizando menos energía.

Facilito, ¿no? De hecho todos estos aparatos lo tienen que indicar por ley. Se trata de una escala de 7 niveles (de la A a la G) que indica el grado de eficiencia.

Etiqueta eficiencia energética

Sí, esto es un poco tostón explicarlo, así que dejo una práctica guía de consumo de electrodomésticos que, entre otras cosas, indica los € que nos podemos ahorrar cada año por el simple hecho de cambiar de electrodoméstico de un nivel energético al superior.

En todo caso el resumen es que siempre, el sobrecoste que podemos pagar por un producto por mejorar su eficiencia un nivel, siempre, es menor que el gasto energético que tenemos que pagar por quedarnos con un producto de un nivel más bajo. Sin pretender ser maniqueísta, puedo afirmar que A=bueno, D=necesita mejorar y G=malo.

2. Seguir unos consejos para no malgastar energía sin necesidad.

Ideas ecológicas

Y como no, unos mini-eco-consejos. Los más básicos para cada electrodoméstico, que si no es mucha información y no quiero saturar al personal:

Frigorífico y congelador

Las puertas mejor cerradas, la temperatura según indique el fabricante para su rendimiento óptimo, no colocarla cerca del horno y la comida no se mete caliente, se espera a que se enfríe sola.

Aire acondicionado o climatizador

Asegurarse que las ventanas están cerradas, la temperatura óptima está en torno a los 24ºC en verano y no tratar de emular a El Corte Inglés y su famosa cortina de aire gélido en las entradas… aunque atraiga a tanta gente.

Iluminación

Fácil, además de estirar lo que se pueda la luz natural y de apagar las bombillas de las salas que no se utilicen, se pueden sustituir las bombillas incandescentes por las de bajo consumo o leds. Consumen mucho menos y duran mucho más. Aquí un ejemplo de bombillas de bajo consumo y alta eficiencia energética.

Cocina

Usar sartenes y ollas de diámetro mayor que el fogón (así no se escapa la energía). También son ideales las ollas a presión, que ahorran mucho tiempo (y energía). Yo era reacio al principio porque me parecía una bomba en la cocina pero ya me he acostumbrado… Además, hacer una ensaladita siempre consume menos que un cocido, pero claro, en invierno yo también prefiero el cocido…

Calefacción

Este es especialmente delicado por lo que consume. Se recomienda subir las persianas los días soleados y por la noche cerrar cortinas y persianas. Ya no solo por aquello de “niño, cierra que se escapa el calor” sino porque efectivamente se escapa! Ojo, que por cada grado que intentemos subir de la calefacción se necesita un 10% más de energía.

Agua Caliente

El baño en bañera, además de pasado de moda, es un come recursos de agua y de energía para calentarla. La ducha, de hecho, ahorra hasta un 75% de agua… y si se utiliza la Ecoducha se puede ahorrar hasta un 65% adicional.

Horno

Huelga decir que no se debe abrir innecesariamente (se puede perder hasta un 20% del calor acumulado). Un microondas consume mucho menos energía y tiempo que los convencionales.

Lavadora

Se puede lavar a bajas temperaturas que el resultado de limpieza es similar. Llenar la lavadora, mejor que a media carga. También se puede conseguir un buen ahorro utilizando las Ecobolas de lavar.

Secadora

Cuanto menos se utilice mejor, que para eso está el sol. Peeero, uno que viene de climas húmedos ya sabe por experiencia lo difícil que es secar la ropa en invierno, así que mejor si el centrifugado de la lavadora es de alta velocidad. Por otra parte hay unas bolas de secado que se meten en la lavadora y ayudan a acelerar el proceso de secado en un 25%.

Lavavajillas

Llenarlo al máximo aprovechando su capacidad. Al final una vez puesto utiliza la misma energía (y agua) lleno que vacío. Usar los niveles de sal y abrillantador adecuados.

Televisión

Si la lectura no es convincente, se puede ver la tele. Sí, yo también lo hago… aunque durante 2 años pude prescindir felizmente de ella. Eso sí cuando entraba en un bar con tele… A lo que iba, el tema de la tele sobre todo es no dejarla en stand-by, y vamos, no dejarla tampoco encendida como sonido y decoración ambiente si no se está viendo, que para eso está la radio.

Ordenadores y periféricos

Generalmente tienen sistemas de hibernación para activar cuando no se usan en un rato. También hay dispositivos que ayudan a economizar la energía, como el Ecobutton. En todo caso, cuando no se utilicen, lo mejor es apagarlos, sin duda.

Otros pequeños electrodomésticos

Luego ya vienen los demás, que aunque no sean tan tan importantes, también chupan lo suyo de luz. Son tipo plancha, batidora, licuadora, cafetera, hervidora de agua, tostadora, robot de cocina, aspiradora, equipo de música, secadora de pelo, la alisadora de pelo y un largo sinfín de aparatitos... vamos, que cada uno haga su inventario y que cada uno vea lo que consume. Como estos aparatos vienen sin etiqueta energética, el tema es elegir bien en función del consumo (p. ej. calentador de agua que solo calienta el agua que se utiliza en lugar de calentar todo el depósito), desenchufarlos cuando no se usan y optimizar el uso, tipo poner dos rebanadas de pan en la tostadora de dos agujeros o planchar la ropa de golpe en lugar de un poco cada día.

3. Reducir derroche energético de aparatos que no utilizamos.

Evitar el uso del stand-by

Sólo un dato: Los aparatos en stand-by consumen hasta un 10% de la electricidad de un hogar. ¿no es fantástico? Endesa se frota cada día sus manitas a nuestra costa. En grandes líneas, y al margen del despilfarro evidente de energía, nuestras "donaciones" desinteresadas a Endesa suponen de media unos 50€ al año. Y digo yo, que para eso quizás mejor donárselo a otra entidad con otros fines diferentes o hacer alguna acción de apadrinamiento. O directamente ahorrárnoslo, que también vale.

Vamos, que lo ideal es evitar como sea el stand by. Para ello existen, la fuerza de voluntad (como los fumadores) para apagar los aparatos que no se utilicen y unas prácticas regletas que permiten cortar el uso de energía cuando el aparato se queda en stand-by ahorrando así el coste del despilfarro.

Y bueno, si seguimos estos sencillos gestos, realmente sí es posible reducir el impacto del consumo energético y sus daños colaterales vía factura con efecto colleja de cada mes. El tema es ¿cuánto? Bueno, como ya decía la canción, pues depende. Desde los 700€ si nos convertimos en unos místicos a-energéticos hasta ahorros moderados empezando a descontar los 50 euritos del stand-by.

Y si alguno quiere jugar con posibles combinaciones de cuánto consumimos, lo que gastamos, cuánto nos podemos ahorrar y en qué punto de consumo estamos respecto a la media, entre otros, os recomiendo ir a este enlace donde mediante una encuesta podéis medir vuestra “huella ecológica” en función del estilo de vida y electrodomésticos que tiene cada uno.

Fuentes: Wikipedia, Consumer.es, IDAE, El País, Fabila, Vidasostenible.org


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