¿Qué es mejor, un árbol de Navidad de plástico o de verdad?
¿Debemos evitar por todos los medios tomar la vida de un árbol, o es justamente ésta la mejor opción?
Llega la Navidad, y con ella, la oportunidad de disfrutar de unas festividades más ecológicas y sostenibles. La elección del árbol de Navidad, si decidimos ponerlo, puede ser esencial para el estilo de fiestas que vayamos a celebrar. Por eso que tenemos que tener claras las diferencias y consecuencias que conlleva escoger un árbol falso de plástico, o uno real.
¿Qué impacto tiene comprar un árbol de mentira?
El 85% de los árboles de Navidad de mentira están hechos en China, y en 2003 se vendieron casi unos 10 millones a todo el mundo. Esto conlleva una serie de problemas medioambientales, pero también de salud para el ser humano. Desde la contaminación que se produce al crear el plástico, metal y piezas varias del árbol, hasta las emisiones generadas de transportarlo de un país a otro, y también del packaging necesario para envolver el árbol. Los árboles de Navidad de plástico, no son reciclables, y por lo general acaban en vertederos. Las emisiones de gas procedentes de la compra de árboles de plástico, tan sólo este año supera las 600.000 toneladas de CO2, que es la cantidad que 750km2 de bosque pueden absorber.
Además los árboles de mentira contienen tanto plomo y otras sustancias peligrosas, que algunos vienen con la etiqueta de cuidado por sustancias peligrosas. Esto es lo igual de peligroso para los adultos que llevan los árboles, como para los niños y animales que juegan con él. El impacto es incluso mayor en China, donde a los trabajadores se les paga alrededor de 90€ al mes para fabricar estos árboles.
¿Cuál es el impacto de comprar un árbol de verdad?
Una cosa que tenemos que tener en cuenta para evitar caer en leyendas urbanas, es que los árboles de Navidad crecen en granjas de árboles, y no vienen de bosques existentes o vírgenes. Estas granjas de árboles captan CO2 constantemente, sobretodo en el periodo de crecimiento de los árboles. Como son plantados para recolectar, no estamos disminuyendo en ningún momento la captación de CO2, sino incrementándola al hacer espacio para nuevos árboles que captaran los gases invernaderos. Cuando tiras tu árbol de Navidad al vertedero, por lo general se lo llevarán a una planta de compostaje donde lo devolverán a la tierra, aunque también puedes intentar compostarlo en casa y alimentar con sus nutrientes a otras plantas.
¿Conclusión? ¿Real o Falso?
El árbol de verdad es el ganador indiscutible, por supuesto.
La producción de árboles de Navidad, crea trabajo nacional, no necesitan ningún tipo de etiqueta de peligro o aviso para la salud, y además son biodegradables. Incluso si suponieramos que las emisiones debidas al transporte de los dos tipos de árboles es la misma, y que se van a adornar con las mismas luces, etc. el árbol de plástico seguirá teniendo un impacto mucho mayor que uno de verdad. Esto es porque el falso causa un incremento de las emisiones de gases invernaderos, mientras que el real absorbe más CO2 del que devuelve a la atmósfera.
Sabemos que un árbol de plástico puede ser reutilizado, pero tendrías que reutilizarlo durante 20 años, para que pudiera ser considerado más sostenible que un árbol de verdad.
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