¿A dónde va a parar la basura electrónica?

Buena  parte de la basura electrónica de países como Estados Unidos se recicla en la India y China, donde se procesa para recuperar plomo, oro y otros metales de valor. Pero en el proceso, otros elementos como el cadmio o el mercurio pueden contaminar la tierra y el agua. por dichas sustancias tóxicas, que son cancerígenas y dañan al metabolismo y al cerebro, manejan concentraciones de dioxinas en el cuerpo siendo entre 50 y 200 veces superiores a lo normal. Además, los electrodomésticos y aparatos electrónicos en general, actualmente duran menos, debido a la obsolescencia programada y no  suelen ser reparados, ya que su reparación suele ser más cara que la adquisición de uno nuevo.  Entonces nos deshacemos del aparato que ya no funciona y lo depositamos en cualquier lugar, sin saber que estos productos pueden causar daños graves a la naturaleza. Es habitual ver abandonados estos aparatos en las calles de nuestras ciudades y pueblos, abandonados en las calles por donde pasamos todos los días, incluso en el campo, formando verdaderos vertederos incontrolados, y sobre esto no se actúa.
 Además,  colectivos desfavorecidos los recogen, los despiezan en el mismo lugar donde los encuentran para extraer los metales que tienen valor, como el cobre, las placas base u otros componentes, que después serán vendidos en plantas de valorización, autorizadas o no. Es responsabilidad de todos el depositar estos equipos en lugares autorizados, como son los puntos limpios, las mismas plantas, depósitos municipales o puntos de recogida. Cada año se ponen en circulación en el mercado español 25.000 toneladas de productos de ofimática (fotocopiadores, faxes, impresoras, ordenadores, etc.), 1.500 toneladas de teléfonos móviles y algo más de 10.000 toneladas de pilas. Entre las sustacias que componen los diferentes aparatos podemos encontrar Retardadores de Flama Bromados (BFR) (Incluye a los Bifenilos Policlorados (BPCs) y Éteres bifenílicos polibromados (PBDEs), Plomo, Cobre, Cadmio, Arsénico, Selenio, Cromo, Cobalto, Mercurio.  El cobre, por ejemplo, es muy utilizado para toda la electrónica por su gran capacidad de conductividad. Sin embargo es uno de los factores que provoca la lluvia ácida, junto con otros muchos impactos como son la alteración de la permeabilidad de la membrana celular, la reducción del crecimiento o la inhibición de la fotosíntesis. El caso del plomo, que representa el 6% de la composición de la mayoría de equipos informáticos, puede provocar acumulación del mismo en los animales y personas, causando graves efectos en su salud por envenenamiento, e incluso la muerte por paro cardio respiratorio. Por otro lado, el mercurio afecta al sistema nervioso y neurológico de los mamíferos y los humanos. Por lo tanto, deberíamos de pensar qué hacemos con las bombillas y tubos que dejamos en los contenedores de basura. Por ésta razón, hay que tener conciencia al momento de comprar un nuevo aparato electrónico.  ¿Realmente lo necesitamos? Si se estropea podemos intentar repararlo.  Si por el contrario no tiene remedio, podemos llevarlo a un punto de recogida o en el caso de los teléfonos móviles a los puntos de reciclaje.  Esto no solucionará totalmente el problema pero, ayudará y, creará habitos de sosteniblidad en nosotros y nuestras familias.

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