Bocas sanas y ecológicas

Es cierto que desde que comenzó la pandemia la boca y la sonrisa se nos ve poco, aunque eso no evita que nuestra rutina de higiene bucodental siga siendo imprescindible y perfecta, porque es vital para una buena salud digestiva y también general.

La pasta de dientes es, junto al cepillo, uno de los enseres clave de la higiene bucal ¿Eres consciente de lo que pones en tu boca dos o tres veces al día? Puede que haya llegado el momento de apostar por pastas ecológicas y elaboradas con ingredientes naturales. Y no te preocupes, porque con ellas la limpieza es igual de efectiva y también logran la misma sensación de frescor que te dejan las convencionales.

¿Conoces el impacto que la mayoría de dentífricos suponen para el medio ambiente? Así es, la mayoría de pastas convencionales que compramos en el súper contienen sustancias que modifican de forma negativa el agua de ríos y océanos. Esto se debe a los microplásticos que se encuentran en su interior. Microplásticos, por otro lado, que resultan abrasivos, tanto para tu boca como para los peces que, si mueren al ingerirlos, ocasionan que el ecosistema en el que habitan vaya destruyéndose poco a poco. Recuerda, además, que esos pescados nos sirven de también alimento.

¿Cómo reconocer un dentífrico natural? Han de ser pastas elaboradas con ingredientes orgánicos, como aceites de coco, extractos de plantas, arcilla blanca, etc. Productos que, obviamente, deben estar certificados por un comité experto que avale su calidad y que cumplan las funciones que de ellos se espera: eliminar la placa, limpiar y dar aliento fresco y agradable… sin que su composición contenga productos tóxicos.

     

El cepillo de dientes es, como decíamos, el otro gran protagonista a la hora de lavarnos los dientes y prevenir las enfermedades dentales y mejorar nuestra salud bucal. Se trata de una herramienta de uso diario con una vida útil relativamente corta, ya que debemos cambiarlo a menudo –cuando aparezcan los primeros signos de desgaste o cada tres meses para garantizar una correcta y eficaz higiene bucal–. El 1% del plástico acumulado en los océanos son cepillos de dientes, y su dada su lenta descomposición, más de 400 años, el resultado es que más de 4.500 millones de cepillos de dientes de plástico son desechados cada año. Tremendo, ¿no crees?

Si te importa un poco el planeta elegir cepillos de dientes de bambú o de otros materiales sostenibles es una buena manera de cuidar de él. Con los cepillos de bambú frenas el aumento de plástico, además se descomponen en menos de un año al ser biodegradables y puedes depositarlos en el contenedor de basura orgánica; de este modo reduces tus residuos y promueves el reciclaje. Y tienen más beneficios: se trata de un material muy sostenible, ya que es una de las plantas que crece más rápido del planeta; cuenta con propiedades antibacterianas y además reduce la producción y desecho del plástico.

Y esto no es todo, ¿sabías que una vez finalizada su vida útil como cepillo de dientes puedes hacer más cosas con ellos? Sí, desde compost –quitando siempre las cerdas, porque éstas no son biodegradables, y al ser pequeñas no pueden reciclarse–, o enterrar el mango del cepillo en un jardín –también sin las cerdas– para que el bambú vuelva a la tierra. Asimismo, si eres un poco manitas y tienes algo de imaginación siempre puedes usar el bambú para crear un juguete para tu mascota, un llavero, etc.

Algunos estudios que aseguran que eliminar los restos de comida de los espacios interdentales es más eficaz que el cepillado a la hora de prevenir enfermedades bucodentales. Por eso el hilo dental es muy importante en una correcta higiene de dientes y encías.

  

La alternativa al hilo dental convencional es el hilo dental ecológico que no lleva plástico, algunos son de seda natural con cera de abeja, otros de fibras de bambú, o con almidón de maíz; también encuentras hilo dental que incorpora en su composición carbón activo, que ayuda a la eliminación de impurezas, garantizando un cuidado bucal fresco, limpio y saludable, que es apto para veganos y puede incluir un agradable sabor a menta.

Ya sabes, no te olvides de realizar esta rutina a diario; recuerda examinar tu boca regularmente y no te saltes la visita al dentista, al menos, ve a verlo una vez al año.

 

 Fotos: Babu | Hydrophil | Unsplash | Vömel

 


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