Cambiar los sistemas alimentarios para salvar al planeta

Líderes mundiales, científicos, empresarios, autoridades sanitarias, dirigentes de organismos internacionales, académicos, agricultores, pescadores, indígenas, jóvenes, consumidores y activistas ambientales de todo el mundo se han comprometido a poner en marcha nuevas medidas y estrategias para crear sistemas alimentarios más saludables, sostenibles, equitativos y asequibles, con métodos menos dañinos para el medio ambiente, a través de alianzas de los distintos sectores económicos con los agricultores, las comunidades indígenas y todos los actores de la cadena que va desde la producción hasta la ingestión de la comida.

 

Si tenemos en cuenta que los sistemas alimentarios representan el 10% de la economía global y que sostienen la vida de las personas, además de que son fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, pueden convertirse en el motor de la recuperación mundial tras la pandemia de COVID-19.

Es inconcebible, tal y como destacó António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, los absurdos del sector alimentario de la actualidad, en el que millones de personas pasan hambre y miles de millones más no tienen los recursos para comprar comida saludable, mientras un tercio de la comida que se produce se va a la basura. Además, hay miles de millones de personas con sobrepeso u obesidad y cientos de millones por debajo de un peso sano.
 
Asimismo, la pandemia empeoró una situación que ya era grave, y agudizó las desigualdades, mermó las economías y empujó a millones de personas más al hambre y la pobreza extrema. Por eso es imprescindible construir un mundo en el que haya alimentos saludables y nutritivos disponibles y asequibles para todos, en todas partes. Y a ser posible, no hacerlo a costa del medio ambiente, ya que los sistemas alimentarios juegan un papel decisivo en el calentamiento de la Tierra al producir un tercio de la emisiones de gases de efecto invernadero, además de ser responsables del 80% de la pérdida de biodiversidad.


 
Tres deberían ser las prioridades para la transformación de los sistema alimentarios: 

  1. Redundar en salud y bienestar para todos. A menudo las dietas nutritivas y diversas son demasiado costosas o inaccesibles, lo que contribuye a que la gente tome malas decisiones o, simplemente, no tengan acceso a una alimentación más saludable.
  1. Ser capaces de satisfacer la demanda mientras protegemos al planeta. Es imprescindible terminar nuestra guerra con el planeta y los sistemas alimentarios pueden ayudar a ello.
  1. Cimentar la prosperidad de los miles de millones de personas que trabajan en el sector alimentario. Todos, no sólo los que están en el campo, los que participan en el transporte de la comida, su venta en el mercado o su entrega en las casas, etc.
Las propuestas planteadas se aglutinan en cinco vías de acción:
  • Garantizar el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos
  • Adoptar modalidades de consumo sostenibles
  • Impulsar la producción favorable a la naturaleza
  • Promover medios de vida equitativos
  • Crear resiliencia ante las vulnerabilidades y tensiones
Veremos si entre todos somos capaces de conseguir que esas propuestas echen a andar y no se queden en papel mojado.
 

Fuente: ONU

Artículo de referencia: https://news.un.org/es/story/2021/09/1497352

Fotos: FAO-Luis Tato | ONU | Pixabay | Unsplash


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