Jadav Payeng es un ciudadano como otro cualquiera, pero con un sueño: ver su pueblo, la isla de Majuli (India) verde de nuevo. La zona en la que vive Jadav estaba siendo afectada por la desertización y cada vez se parecía más a un desierto que a lo que realmente fue antaño. Payeng quiso cambiar esto e hizo un cambio humilde: comenzó plantando árboles y plantas en el año 1979. La naturaleza hizo su trabajo de regeneración, y hoy Jadav puede presumir de haber dado a luz todo un bosque mucho más grande que el Central Park de Nueva York: increíble lo que solo un gesto puede hacer. Además, lo grandioso es que el bosque de Jadav también alberga fauna tan dispar como grandes felinos o elefantes. Porque el ser humano puede destruir en un segundo, sí, pero también crear vida, cambiar el planeta a mejor. Jadav es todo un ejemplo de vida y de humildad.
Él dice que no parará de plantar hasta que se muera. Mientras tanto, medios de todo el mundo, cineastas y hasta el National Geographic se hace eco de su historia para demostrar que el cambio está en nuestras manos, y necesitamos muy poco para llevarlo a cabo.
¿Su opinión? “El hombre es el responsable del calentamiento global, y a los niños no se les enseña a plantar árboles, sino a cortarlos”. No es su única crítica hacia el sistema: en la entrevista sostiene que sí, muchos admiran su trabajo, pero que él no quiere recibir medallas, sino ayuda.
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