Fairphone, o los teléfonos inteligentes de Comercio Justo

Porque los teléfonos móviles se han convertido en otro objeto con obsolecencia programada y desde el momento en que lo compramos nos dicen que no durará más de un año. A los pocos meses nos llaman para ofrecernos un nuevo modelo con el que nos obligan a permanecer más tiempo y a pagar sumas cuantiosas a las telefónicas.

Pero lo peor es que detrás de esta gran indústria, existen graves conflictos por la extracción de tantalio y estaño en el Congo, y gracias a la cadena de sumisitro de dichas materias se financian guerras y se explotan miles de personas, además hay que sumar el irreversible impacto ambiental.

Estas fueron las motivaciones para que Bas van Abel, fundador de Fairhpone decidiera crear una alternativa. Después de varios viajes a Katanga, una de las zonas del Congo donde se extraen estos minerales, Bas creó una web denunciando la situación que generó un gran movimiento de apoyo en las redes sociales. Posteriormente, el 14 de mayo del presente año, comenzó una campaña de crowdfunding que ofrece 20.000 teléfonos. Ya se han vendido casi 12.600, el 80% de ellos en Alemania, Holanda, Austria y Suiza.

Actualmente podemos tener un Fairphone por 325 euros. Es un smartphone que funciona con Android 4.2. con una pantalla Dragonplan de 4,3 pulgadas, dos cámaras y una memoria RAM de 16 GB. Es un teléfono de gama alta y se estima que dure por lo menos 4 años, ya que la filosofía Fairphone también pretende cambiar los hábitos de consumo. Por esta misma razón no se venden cargadores, ya que son los estándar que todos tenemos repetidos en casa. Y lo mejor, ofrece piezas de recambio con tutoriales, para que los reparemos nosotros mismos.

Para que este trabajo sea certificado con el sello 'Fair', la cadena de producción de Fairphone, cuenta con la organización Conflict-Free Tin, dedicada a la extracción justa de estaño, quienes dejan de lado a los grandes líderes locales. Después se trasladan a la República Checa, donde se fabrican los condensadores que serán ensamblados en China, en fábricas que cuentan con controles de empleo equitativo. El Fairphone se encuentra en 27 países y cada día más los clientes piden este teléfono a sus operadoras. De nosotros depende que pueda comercializarse y dar la pelea a la dura batalla de los móviles de usar y tirar sin ningún criterio de Comercio Justo.


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