Haz de tu alimento tu medicina

¿Y cómo cambiar los hábitos de tratar nuestras enfermedades y de alimentarnos? Primero teniendo claro que la salud y la alimentación son inseparables. Para ello, debe existir educación nutricional, ya sea desde la escuela, con el enfoque que los alimentos son el combustible de nuestro cuerpo o en los hogares, con la conciencia que una buena alimentación es la mejor medicina preventiva que pueda existir.

Un segundo paso, es que los médicos convencionales se planteen dar un paso atrás y dejen de recibir comisiones por recetar fármacos y prefieran recomendar a sus pacientes e informar sobre las propiedades curativas que poseen los alimentos.

Otro factor a tener en cuenta, es valorar estudios, como los hechos por el doctor Young, sobre las propiedades de los alimentos alcalinos y sus efectos curativos y retardantes en enfermedades como el cáncer, causadas por la mala digestión: 'No existen enfermedades, sino malas digestiones' (según la opinión del Dr. Young).

Por otro lado, ¿nos hemos puesto a pensar por qué cada día más niños nacen con intolerancias a la lactosa o al gluten? O algo más evidente, ¿Las consecuencias de las semillas modificadas genéticamente? Al parecer no mucho, porque hoy en día la mayoría de personas continúan consumiendo productos hechos con harinas blancas, de trigo modificado, como si nada. La leche, que en el reino animal, sólo es consumido por las crías, está presente en gran parte de los alimentos manufacturados (hasta el jamón dulce lleva leche), que consumimos cada día.

Y aunque la ingesta de verduras, hortalizas y frutas, como lo recomendó en su momento Hipócrates y como lo recomiendan investigadores pioneros en el mundo de la nutrición, no sea garantía de nada, ya que pocos de estos productos proceden de agricultura ecológica, es ciertamente un comienzo para mejorar nuestra salud.

En conclusión, les compartimos, lo que podría ser un menú diario para alguien que ha decidido alcalinizar su cuerpo y recuperar el peso ideal, disfrutar de vitalidad y salud. Claro están sin antes haber eliminado: azúcares, sal y harinas procesadas, leche y sus derivados, carnes, pollo y gran parte de pescados. Atención tener siempre a mano: aceite de oliva de gran calidad, preferiblemente prensado en frío, sal del Himalaya, verduras, hortalizas y frutas fresca, preferiblemente de cultivo ecológico.

Dieta Alcalina:

Desayuno

Zumo de verduras y hortalizas frescas: Por ejemplo espinacas, aguacate, tomate, apio y brotes de soja ecológicos. Cereales de copos de avena Té verde orgánico con tortas de arroz y quino Bio.

Comida

Bio quinoa al vapor.

Verduras salteadas con sal del Himalaya rica en oligoelementos.

Y otro refrescante smootie o batido verde.

Cena

Una ensalada aderezada con Aceite de oliva virgen extra biológico de 1ª presión en frío.

Y una deliciosa Manzanilla de Kenia procedente de cultivo ecológico y comercio justo, para tener dulces sueños.

Recuerda el adagio que dice:

Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo.


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